"Los perros son seres maravillosos que estaban aquí antes que nosotros, deberíamos aprender a conocerlos y respetarlos tal y como son. Conocerlos, comprenderlos y ser amables con ellos. El resto lo hacen ellos, es muy fácil" Jaime Vidal "Santi"

viernes, 10 de febrero de 2012

EL ESTRÉS EN ANIMALES: parte 2

El estrés en los animales (Parte 2) 

Buenas de nuevo. Al acabar la primera parte de este artículo, donde expliqué brevemente qué es el estrés y como afecta al organismo, dije que en la segunda parte hablaría sobre los factores que provocan estrés, pero vamos a dejarlo para el final, pues es mucho más sencillo entender cómo mejorar el día a día de nuestros perros si primero sabemos identificar los síntomas que muestra un perro afectado por estrés.
¿Qué podemos observar en nuestros animales de compañía cuando están estresados?
Entonces, vamos a ver que signos o síntomas podemos observar en nuestros perros que nos indiquen que están estresados o, lo que sería lo mismo, nerviosos o ansiosos. Algunos de estos signos nos pueden indicar algo más leve que un estado de ansiedad, puede que simplemente el perro esté preocupado por algún estímulo del ambiente. Repasemos los más frecuentes:
Hiperactividad, desobediencia, falta de concentración o dificultad para aprender: Estas características se pueden considerar relativamente normales en una etapa de nuestros perros, la juventud y la adolescencia. En la edad adulta, en un estado de nerviosismo o euforia no se puede  aprender nada, es muy difícil concentrarse y parece que sean desobedientes, pero la verdad es que están tan nerviosos que ni siquiera entienden lo que les pedimos, por lo que no pueden obedecernos.
Reacciones excesivas ante cualquier acción: ¿Quién no ha reaccionado ante un comentario que tras calmarnos y pensarlo hemos visto que no era para tanto? Los perros pueden reaccionar de forma brusca o impulsiva ante otro perro que intenta olerles o una caricia mal interpretada de una persona o, incluso, de su propietario.
Conductas obsesivas o destructivas hacia objetos: Todos sabemos que cuando un cachorro llega a casa puede hacer algún destrozo. Es una conducta normal en animales jóvenes, hasta el año o año y medio, pero no en animales adultos. Si tenemos un animal adulto que lo muerde todo o lo destroza es un claro indicador de que su nivel de ansiedad es muy elevado. En cuanto a conductas obsesivas podemos hablar de perros que nos piden a todas horas que les tiremos algún objeto que perseguir o que nos reciben con algún juguete en la boca. Esto último puede explicarse porque nuestra llegada a casa resulta tan excitante para ellos que necesitan relajarse de alguna forma, y la acción de masticar, es relajante, al igual que una persona se muerde las uñas o masca chicle.
Rascarse, mordisquearse o sacudirse constantemente: son signos inequívocos de nervios como si dijeran “uf a ver si me relajo un poco”.
Ladrar, aullar, gemir: Al igual que nosotros gritamos en algunos momentos de máxima excitación, como bajando por una montaña rusa, un perro también tiene como vía de escape de su estrés la vocalización: van a salir a pasear, llegamos a casa, hay otro perro delante y quieren saludarlo… Aquí tenemos que reflexionar sobre una cosa: Nosotros hablamos todo el día, ponemos música, la televisión… una enorme cantidad de estímulos sonoros… y nadie se ha preguntado si al perro le molestan los sonidos (hay que recordar que su oído es más sensible que el nuestro) y cuando en alguna ocasión puntual el perro ladra porque necesita comunicar algo, nos enfadamos y lo hacemos callar y, encima, lo hacemos gritando aún más que ellos. No parece muy justo, ¿no creéis? Pues, si estamos pidiéndoles calma, no somos el mejor ejemplo. Por otra parte, el aullido y el gemido suelen ser signos más indicativos de un estado emocional más triste, generalmente suele verse cuando se quedan solos.
Conductas compulsivas (estereotípias): Las estereotipias son comportamientos repetitivos que no tienen ningún sentido, como lamidos excesivos, dar vueltas persiguiéndose la cola. En ocasiones pueden ser tan intensos que llegan a producirse autolesiones.
Jadeos: Prácticamente es el primer signo que podemos observar en un perro. Igual que nosotros en momentos de nerviosismo sudamos, ellos necesitan bajar su temperatura corporal, pero como ellos no pueden, hiperventilan.
Pérdida de hambre; mal olor corporal o de aliento, problemas de piel o digestivos (vómitos o diarreas frecuentes): No por ser el último es el menos importante, de hecho, es el primero a tener en cuenta. Como ya vimos en la primera parte del artículo, cuando acumulamos unos días de estrés, las defensas bajan, viéndose afectadas en primer lugar las del aparato digestivo y de la piel. Es muy frecuente observar vómitos y diarreas en perros estresados, igual que problemas dermatológicos que podrían confundirse con una alergia o predisponer a enfermedades infecciosas como hongos o sarnas.
En la tercera parte del artículo hablaremos de los factores que provocan estrés y aprovecharé para comentaros brevemente cómo comenzar a solucionar, con sencillos trucos, muchos de los problemas.
¡Que paséis una buena semana!
Celeste Roig
Veterinaria Etóloga

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